Los briozoos son animales invertebrados coloniales acuáticos, la mayoría marinos pero también existen briozoos de agua dulce (clase Phylactolaemata). Aunque son muy ubicuos, los briozoos (literalmente animales musgo) pasan a menudo desapercibidos confundiéndose con hidrarios, corales o algas. Se conocen aproximadamente 6.000 especies vivas, pero fueron mucho más importantes en épocas remotas y se han descrito más de 15.000 especies en el registro fósil, especialmente en las rocas sedimentarias del Paleozoico.

Son animales coloniales y forman colonias constituidas por individuos denominados zooides. Cada colonia se forma por gemación asexual de nuevos zooides, a partir de un zooide primario o ancéstrula proveniente de la metamorfosis de una larva de origen sexual (o a partir de una yema resistente o estatoblasto, en los briozoos de agua dulce). Las colonias son hermafroditas, aunque no lo son todos los zooides. En principio, la mayoría de zooides son autosuficientes para alimentarse y reproducirse asexualmente, denominándose autozooides. Pero una característica de algunos grupos es el polimorfismo de sus zooides, que permite que diferentes individuos de la colonia o zooides asuman funciones diferentes como estructuras de apoyo (estolones, rizoides), de relleno de espacio (heterozooides), sexuales (gonozooides), de órganos de defensa (avicularias) o de agitación del agua (vibracularias). En la mayoría de los briozoos, cada zooide está protegido por un exoesqueleto carbonatado pero perforado por poros y atravesado por una red de interconexión (el funículo), de manera que todos los zooides de la colonia están unidos entre sí.

Dentro del esqueleto, cada zooide presenta una parte carnosa constituida por un tubo curvado, de forma que ambos extremos, la boca y el ano, se encuentran próximos. La boca está rodeada por una corona (o una herradura en los phylactolemata de agua dulce) de tentáculos ciliados denominada lofóforo. El lofóforo es retráctil y sus funciones son la captura de las partículas de alimento y el intercambio de gases.

Los briozoos son organismos bentónicos que mayoritariamente viven fijos en un sustrato (sésiles), pero algunas especies raras tienen una forma de vida libre e incluso pueden desplazarse discretamente. Las colonias pueden ser incrustantes, rampantes o erectas y generalmente se instalan sobre superficies rocosas, conchas, vegetales y otros sustratos duros y blandos de origen diverso. Los zooides son muy pequeños, de 0,5 mm de promedio aproximadamente, pero las colonias que conforman son de tamaño muy variable y, aunque generalmente miden solo unos cuántos centímetros de diámetro, algunas especies pueden llegar a construir estructuras de unos cuantos decímetros o unos cuantos metros de longitud.

Los briozoos son suspensívoros filtradores y su dieta consiste en pequeños microorganismos, incluidas diatomeas y otras algas unicelulares. A su vez, son presa de depredadores específicos, como algunos moluscos nudibranquios y crustáceos picnogónidos y otros animales de pasto más generalistas, como erizos de mar y peces.

En los mares y hábitats donde son cuantitativamente abundantes (p. ej., la Antártida), los briozoos proporcionan un hábitat importante a muchos organismos, incluidos peces y otras especies de interés comercial. Al no ser una fuente de alimento aprovechable ni un eslabón importante dentro de las redes tróficas, el interés de los humanos por los briozoos se reduce a la aplicación a una amplia gama de estudios (sobre la historia pasada de la Tierra, teorías sobre impactos ecológicos y económicos) y a la obtención de productos bioquímicos con aplicaciones en farmacología. Gracias a su esqueleto carbonatado, los briozoos tienen un registro fósil muy importante que se remonta al Ordoviciense inferior y en la actualidad todavía son componentes importantes de los sedimentos marinos, pero eran mucho más importantes en los mares de las eras pasadas, por lo que son organismos muy útiles para reconstruir los registros geológicos y probar las hipótesis evolutivas y los efectos del cambio ambiental. Desde un punto de vista negativo, un número significativo de briozoos son especies exóticas invasoras y también resultan nocivos para los intereses humanos como componentes del fouling marino, es decir, la acumulación de organismos en superficies sumergidas con efectos negativos en el ámbito económico, ambiental o relacionado con la seguridad.

Mikel Zabala y Teresa Madurell

Fotografía de la portada: Enric Ballesteros (Cova d'Anciola, Parc Nacional de l'Arxipèlag de Cabrera, a 25 metros de profundidad)

Volver

Búsqueda

Fichas

  • Bugula neritina (Linnaeus, 1758) 

    Abdel-Salam, K.M. & Ramadan, S.E., 2008. Fouling Bryozoa from some Alexandria harbours, Egypt. (I) Erect species. The Mediterranean Marine Science Journal, 9 (1): 31-47.

  • Escharella immersa (Fleming, 1828)

    Hayward, P.J., & Ryland, J.S., 1999. Cheilostomatous Bryozoa. Part 2. Hippothoidea - Celleporoidea. Synopses of the British Fauna (New Series), 14: 1-416, (Barnes, R.S.K., & Crothers, J.H., editors). Field Studies Council, Shrewsbury

  • Glabrilaria pedunculata (Gautier, 1956)

    Zabala, M., & Maluquer, P., 1988. Illustrated keys for the classification of Mediterranean Bryozoa. Treballs del Museu de Zoologia, Barcelona, 4: 1-294.

  • Annectocyma tubulosa (Busk, 1875)

    Harmelin, J.-G., 1976. Le sous-ordre des Tubuliporina (Bryozoaires Cyclostomes) en Méditerranée. é cologie et systématique. Mémoires de l'Institut océanographique 10: 1-326.