En la historia de la exploración de la Tierra, las exploraciones naturalistas constituyen un capítulo importante. Un largo viaje ha sido fundamental para las ciencias naturales: el de Charles Darwin a bordo del Beagle (1831-1836).
De retorno a Inglaterra, Darwin –que cuando inició el viaje tan sólo tenía 22 años– estudió las muestras recolectadas en compañía de otros naturalistas y formuló la teoría de la evolución que vio la luz en el año 1859.