Los centros de investigación están sometidos a una intensa demanda de información sobre la naturaleza por parte de la sociedad. Hay que llegar a un acuerdo entre científicos y ciudadanos para reunir conocimiento del patrimonio natural a fin de establecer diagnósticos precisos sobre su estado de conservación.
La participación ciudadana es fundamental para observar a fondo las áreas naturales sensibles. Expertos y voluntarios forman equipos que resultan clave para los estudios de biodiversidad, quedando la información y las conclusiones a disposición pública.